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jueves, 16 de abril de 2015

Los protones

Todos estamos hechos de protones, todo son protones. Y es que de protones ha ido la mañana. Hoy nos hemos vuelto a desplazar al CERN. Hemos visto una sala donde analizan los choques de los protones que giran por los numerosos kilómetros de radio del LHC (gran colisionador de hadrones). Se analizan a unos 60 metros bajo tierra para protegerse de los rayos cósmicos que vienen de arriba. El guía era un portugués que sabía español; imagino que la pluralidad de nacionalidad hace mucho más interesante trabajar allí. Después de eso, tocaba charla sobre la antimateria. En el CERN están investigando sobre ella; realmente, es un tema muy extraño y misterioso. Se supone que toda materia puede tener su antimateria asociada, y una materia al chocar con su antimateria se aniquila y se produce un porrón de energía. Dicen que en los primeros instantes se aniquiló casi toda la materia con su antimateria, pero podría haber habido algo más de materia que hizo que el Universo saliera adelante. La antimateria se puede utilizar para curar cánceres u otras enfermedades y también para fabricar bombas enormemente energéticas. 

Después de comer en el comedor del CERN, nos desplazamos a Montreux, donde está el castillo de Chillon. Montreux es una cuidad situada en el punto más al este del Lago Leman, el mismo lago que tiene la ciudad de Ginebra -ésta está en el oeste del lago-. Tiene características muy similares a Lausana y Ginebra. Cuando llegamos llovía ligeramente; era una sensación muy agradable para mí, que me gusta sentir la lluvia mientras ando. Fuimos directos al castillo de Chillon, que estaba a la orilla del lago. Era un sitio bonito, con la peculiaridad de que los techos estaban bajísimos y había que estar agachándose continuamente. Las vistas desde el castillo al Lago Leman y a los Alpes eran espectaculares. Cuando salimos, el bus nos volvió a llevar a Ginebra. El poco tiempo de día que quedaba en Ginebra lo utilizamos en comprar algún recuerdo y regalos para la familia. Nos recomendaron el supermercado MANOR, los de la publicidad a la peor escudería de F1. MANOR estaba bien; era tipo Corte Inglés con muchas cosas para comprar. La zona de comida era "top", con muchos platos que tenían buena pinta ya preparados, y pizzas recién hechas y eso. Una de las cosas particulares de Suiza es que en los establecimientos suelen tener wifi gratis, pero teniendo que dar tu número de teléfono para que te envíen el código en SMS. Yo, de momento, no he chupado wifi de esos sitios por miedo a lo de dar el teléfono. Después de las compras, fuimos a dar una vuelta por la parte donde se mueve la "casta" de la ciudad. Nos encontramos con unos Porches, Ferraris, Maserattis, un Bugatti Veyron... Para enlazar con el comienzo, mucha tecnología de esos prestigiosos coches está relacionada con los avances científicos del CERN y... los protones.

Bueno, mañana ya es el último día aprovechable, ya que el sábado por la mañana ya estaremos rumbo a España. Y es un día al que le tengo muchas ganar. Inicialmente, es el día que más me gustaba y creo que va a ser el que más me guste. Iremos a Chamonix -pueblo alpino de Francia-, para allí coger un tren cremallera y subir a los Alpes. Habrá que estar atento al tiempo que nos hace porque hoy se ha nublado mucho y puede que mañana nieve por ahí. A mí incluso me gustaría que lloviese, para darle más mística a la excursión. Ya os contaré como me ha ido la excursión la noche de mañana. Adiós 











































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