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viernes, 17 de abril de 2015

Despedida bajo cero

Hoy me da bastante pereza escribir este blog; es casi la 1 de la mañana y acabo de terminar de hacer la maleta para volver a Zaragoza mañana. El viaje se ha hecho corto, pero, al menos, hemos aprovechado muy bien los días. 

Hoy, nos despertamos algo más tarde (a las 8:00) que los demás días. Tocaba excursión a Chamonix -localidad alpina de Francia-, y nuestro autobús salía a las 10:30 de Ginebra. Antes de que saliera el bus, dio tiempo a irse a comprar la comida del día al MANOR; la planta de comida del MANOR es demasiado "top" con un montón de diferentes platos preparados pertenecientes a diferentes culturas. Después cogimos el bus; iba a decir que es curioso que las cosas que más ilusión me hacen a mí son a la que menos tiempo le dedicamos en el viaje. En el museo olímpico, no pude comprar ningún recuerdo porque sólo nos dejaron 1 hora y media para ver el museo, y la clase ya metía presión para irse; y hoy, que íbamos a los Alpes, el autobús sale 3 horas después de los que estaba saliendo todos estos días para ir a charlas de física que no se diferenciaban mucho a las que nos dan en el colegio. En fin, a las 12 aprox. llegamos a Chamonix, pero hasta la una no salía el tren cremallera que nos subía a 2000 metros de altitud. Esa hora estuvimos comprando algún recuerdo del sitio. Salió un día muy nublado en el que no se podían ver los picos alpinos. Subimos arriba en el tren, hasta llegar a la altura del glaciar "La Mer de Glace". Es uno de los pocos glaciares en Europa que siguen "funcionando". Cuando llegamos, nos montamos en un teleférico para bajar a una cueva de hielo que había dentro del glaciar. Me impresionaron mucho las paredes de hielo del glaciar, lo transparente y puro que era el hielo. Volvimos a subir arriba y comimos en un restaurante típico de pueblo al que sólo acceden turistas. Como ya llevaba comida y había que consumir algo, pedí una botella de agua Evian de 1 litro por la que me clavaron 4,50 euros. Y después de comer no dio mucho tiempo a hacer mucho más porque había que montarse en el tren que bajaba a las 15:30. Yo subí los primeros metros de una montaña, ya que tenía muchas ganas de meter los pies en la nieve, pero la demás peña no hizo nada porque, además, estaba agua-nevando. 

Y después de una siesta en el autobús, llegamos a Ginebra. Aprovechamos para volver al MANOR a comprar los últimos recuerdos para la familia, y ya de paso yo me pillé humus y pollo al curry para cenar mientras los demás cenarían una mierda de Big Mac. Más tarde, nos juntamos todos los compañeros para cenar juntos en el McDonald's. Después del McDonald's, nos fuimos al puerto a tomar unas cervezas y despedirnos de la ciudad; fue un tiempo de reflexión bueno. Ahora, estamos en el "hall" del albergue comentando un nuevo romance que ha surgido del viaje y me da a mí que está noche vamos a dormir poco. Mañana tenemos que pillar el bus de vuelta a las 7:30 y bueno... 


Gracias de verdad a los que seguís el blog por leerme todos estos días, y puede que mañana, si tengo ganas, suba un blog de resumen total del viaje. Buenas noches 






















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