Translate

jueves, 26 de febrero de 2015



LAS MONTAÑAS NO ESTÁN PARA RENDIRSE, SINO PARA ESCALARLAS



Las montañas, incluso las más altas, incluso las más duras, incluso las que parecen que menos te van a perdonar, no están para rendirte, no están para tumbarte, sino que están para escalarlas y para hacerte más grande.

Hay una expresión antigua que dice “standing on the shoulder of giants” (“subidos a hombros de gigantes”). Somos muy pequeñitos y las pasamos muy putas, pero, a la que nos subimos a una montaña, a la que nos subimos a hombros de gigantes, la perspectiva que nos da, no solo el llegar ahí arriba, sino haberlo vencido nos hace mucho mucho más grandes y mucho más invencibles.

Todas estas montañas (una montaña puede ser un Ironman, puede ser perder un trabajo, una enfermedad, cualquier cosa), si estuvieran para tumbarnos, no serían montañas; serían muros, serían paredes, de las que no veríamos la parte superior, no veríamos el techo, así que, directamente, podríamos rendirnos y decir “hasta aquí hemos llegado y tengo legitimidad para dejarlo”. Mientras sean montañas, mientras haya peldaños, mientras podamos escalarlas, a veces corriendo, a veces arrastrándonos por ellas como perros y tirando, tirando, vamos, vamos, tira, tira, vamos, vamos, un paso más, un paso más, engañándonos, buscando trucos, buscando excusas pero de las buenas para seguir adelante, estas montañas están para hacernos más grandes, para hacernos crecer, y para que, al final, seamos enanos subidos a hombros de gigantes.




Este relato es un resumen de mi transcripción al siguiente vídeo de Valentí Sanjuan:




No hay comentarios:

Publicar un comentario